• São Vicente

Antes de que se construyera la primera red viaria, la ruta hacia el norte y el sur era muy precaria y peligrosa. Hasta que no aparecieron los primeros coches y se hicieron más carreteras, la costa norteña estaba muy aislada y era casi inaccesible para cualquiera.

Según el escritor Raúl Brandão, la dureza del viaje a São Vicente se compensaba con los impresionantes paisajes. Sin embargo, fue Marquez de Jacome Correa quien mejor lo entendió y describió. Encumeada resulta ser un valle que se encuentra en un estado similar al “estado en el que lo vieron los primeros navegantes, que quedaron maravillados de su virginidad y soledad”.

Horácio Bento de Gouveia escribió que “la región del norte de Madeira posee una belleza salvaje que no deja impasible a nadie y en la que dominan aspectos que recuerdan a los de las eras primigenias. Es la zona más fría de la isla y la más propicia para que emigren los que desean pasar el verano en la costa o en el campo”.
Y como contrapartida ante un viaje tan largo, podrán ver la impresionante vegetación, las cascadas que inspiraron al naturalista James Yate Johnson a llamar a este lugar “El Valle de las Cascadas”, los cultivos, los naranjeros, los viñedos, las casas de piedra y la pequeña capilla excavada en la roca.

Una atracción fascinante son las “Cuevas de São Vicente”, que son en realidad tubos de lava creados cuando los volcanes de la isla aún estaban activos y que se extienden cientos de metros. Haga clic aquí para más información.