Las pequeñas dimensiones de Madeira, un frondoso oasis en medio del Atlántico, oculta su exquisita belleza. Organice su itinerario de vacaciones con la ayuda de las detalladas guías de Madeira-Web y descubra las maravillosas avenidas de Funchal con sus increíbles jacarandás o los pasmosos acantilados de Cabo Girão.

Atractivos culturales e históricos
Embárquese en un viaje interactivo a través del pasado de Madeira en el Story Centre o pasee por las calles de la capital hasta encontrar las encantadoras zonas históricas y sus pintorescas plazas. Funchal posee numerosas iglesias y conventos que datan del siglo XV, como por ejemplo la pequeña cueva basáltica donde se erigió la Capilla de São Vicente o los ornamentados interiores de la Catedral.

La agricultura es aún parte importante de los recursos de la isla, por lo que los visitantes podrán ver los ingeniosos cultivos en terrazas repartidos por laderas y colinas, especialmente en los municipios más rurales. Los tradicionales mercadillos están llenos de coloridos productos y son una estupenda manera de experimentar la vida local. Sin embargo, una visita al mercado de agricultores, en Funchal, es esencial. ¡Los colores y aromas de los muchos productos regionales despertarán tus sentidos!

Mágicos paisajes naturales
La gran cantidad de reservas protegidas de la que hace gala Madeira son una verdadera maravilla para los amantes de la naturaleza. La miríada de senderos que atraviesan los escasos bosques de laurisilva premian a los caminantes con unas vistas asombrosas de las montañas, mientras que los submarinistas pueden deleitarse explorando las cristalinas aguas de la Reserva Natural de Garajau. Además, sus numerosos parques y jardines cuentan con fascinantes plantas subtropicales y una apabullante paleta de colores, que culmina con el Festival de las Flores cada primavera.

Una de las mejores cosas que tienen unas vacaciones en una isla es que el océano nunca está demasiado lejos. Podrá pasar su estancia explorando la costa salpicada de majestuosos acantilados, playas de callaos y piscinas naturales, testigos mudos de sus orígenes volcánicos. Asimismo, podrá tomar un ferri o un vuelo a Porto Santo y disfrutar de kilómetros de playas de arena.
¡Al disponer de un clima casi perfecto, los visitantes pronto notarán que no basta con un solo viaje a Madeira!

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