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Del mismo modo que ocurrió con el desarrollo del mismo distrito de São Pedro, la construcción de la iglesia se demoró mucho debido a multitud de impedimentos.
La orden se dio ya en 1590 y deberían haber tardado unos 6 años, pero a causa de las alteraciones, extensiones y mejoras que hubieron de hacerse en los planos originales, se vino a terminar a mitad del siglo XVIII.
El complejo entero de la iglesia madre de São Pedro se creó a partir de una iglesia grande con una sola nave, tres capillas laterales y dos altares colaterales.
Cubren todas las paredes interiores del suelo al techo azulejos con vidriado del siglo XVII, no solo de la nave y el coro, sino también de la sacristía. Pinturas, joyas y muebles del siglo XVII al XX completan la decoración interior.
Esta iglesia posee otra interesante característica, muy fácil de pasar por alto si no sabe dónde mirar. Siga Calçada de Santa Clara arriba y mire hacia atrás. Desde aquí tendrá una vista perfecta de la torre de la iglesia y del magnífico trabajo realizado con los coloridos azulejos ¡y en lo alto encontrará un gallo!
