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El bordado a mano de Madeira es reconocido en todo el mundo por ser uno de los más finos de su estilo y forma parte de la historia y cultura de Madeira. Durante los últimos 150 años, Madeira ido recogiendo toda la experiencia de los centros regionales de bordado ya desaparecidos en Europa, para crear un tipo único en términos de calidad de mano de obra, sin parangón en el mundo.
A pesar de que el bordado madeirense existe de este el inicio del poblamiento de Madeira (se dice que las mujers nobles bordaban como pasatiempo, para el ajuar o para decorar las casas), la grande historia comienza en la década de 1860, cuando Elizabeth Phelps, la hija menor de un adinerado exportador de vinos, preocupada por los efectos de la plaga de phyloxera que estaba dañando considerablemente los viñedos y, por ende, los ingresos de los trabajadores, pensó convertir el pasatiempo campesino del bordado en una industria artesanal. Gracias a sus contactos de ultramar y a sus propias habilidades, sobre todo en organización y motivación, comenzó a vender los bordados de la isla en los salones de la Inglaterra Victoriana.
La industria, aunque tuvo una gran vida durante la primera parte del siglo, tuvo su declive durante la Primera Guerra Mundial (1914–1918), aunque todavía se mantuvo como parte importante de la economía regional, junto con la comercialización del vino. Sin embargo, el período de posguerra vio el renacer de la demanda de productos de alta calidad y de un nuevo espíritu empresarial, por lo que durante estos años nacieron muchas de las compañías que existen en la actualidad, como Patrício & Gouveia (1925), Imperial de Bordados (1926) y J.A. Teixeira (1937).
Los siguientes 40 años estuvieron dominados por el enorme potencial de mercado en EEUU, cuyo pico se dio en la década de 1950. Muchas de las grandes compañías eran propiedad de estadounidenses, como Jabara, Imperial y Margab Linens. En el siglo XIX, Inglaterra y Alemania eran los principales países importadores. Ya en el siglo XX, las exportaciones de Bordado Madeira ganaron una dimensión mundial. Hoy en día, los Estados Unidos de América, Inglaterra e Italia son los principales mercados de exportación de Bordado Madeira, reconocido internacionalmente por su refinamiento, arte y tradición.
